ENCANTO PRIMITIVO
Territorio parcialmente inexplorado, encajonado entre suaves pendientes y vistas que parecen pintadas, Roero revela todo el encanto de una zona incontaminada. No es casualidad que este rincón del Piamonte forme parte del prestigioso Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.
Extensas masas de bosques centenarios se intercalan con los viñedos, expresión de una antigua tradición enológica, mientras arroyos cristalinos serpentean entre los valles. Desde los suaves tonos pastel de la primavera hasta el cálido mosaico de colores con que se tiñe en los meses de otoño, Roero ofrece paisajes de conmovedora belleza: captar sus múltiples almas puede convertirse en una labor realmente estimulante.
Precisamente en este idílico paisaje surgen las majestuosas «Rocche» del Roero. Fruto de un fenómeno geológico de erosión, se trata de afilados peñascos con gargantas de cientos de metros de profundidad y salpicados de rocas que confieren una espectacular singularidad al salvaje entorno natural.
ALDEA DE LOS CUENTOS
Dominados por pintorescas casas de piedra y pequeñas callejuelas, los antiguos pueblos del Roero son inmortales custodios de tradiciones aún vivas y de un ritmo de vida rural de épocas remotas. Igualmente evocadores, en algunas cimas se yerguen imponentes castillos medievales que despiertan la curiosidad por conocer historias de épicas batallas o leyendas ancestrales.
El pueblo de Monteu Roero es, precisamente, una de estas joyas. Famoso por su castillo que se eleva sobre el paisaje adyacente, el pequeño pueblo ofrece un sinfín de tesoros, entre impresionantes vistas, iglesias con frescos y típicas bodegas excavadas en la toba. Cada barranco aquí transmite el profundo vínculo que la tierra ha establecido con el patrimonio de tradiciones locales.
El ambiente de esta región encanta por sus animados mercados locales, ideales tanto para degustar los genuinos sabores del campo como para sumergirse entre la artesanía y la sincera hospitalidad de los lugareños.
NÉCTARES Y DELICIAS
Esta joya aún intacta del Piamonte resulta ser también un capullo de exquisiteces enogastronómicas, donde tienen cabida tanto las tradiciones centenarias como la creatividad contemporánea.
La calidad genuina de las materias primas evoca la abundancia y la fertilidad de las tierras piamontesas, mientras que los sabores auténticos conserva recetas atemporales. Desde el delicioso tajarin salpicado de trufas blancas de Alba hasta una variedad de quesos artesanales maridados con vinos especiales, Roero ofrece una experiencia culinaria que dialoga con las envolventes fragancias de los bosques y viñedos circundantes.
Por último, escucharás las entusiásticas historias de los lugareños que, entre una degustación y una visita a sus históricos talleres, estarán deseosos de compartir contigo las razones de su orgulloso por habitar estas tierras.